jueves, 27 de marzo de 2014

Consejos para nuevos dibujantes

A casi todos los niños y jovenes les gusta dibujar. Y es comprensible, porque coger un lápiz y hacer que de un papel en blanco vaya surgiendo una imagen que un momento antes no existía es algo emocionante y que llena de satisfacción a cualquiera.
A todos ellos les gustaría dibujar, pero les gustaría hacerlo mejor. Darían cualquier cosa porque sus manos dominen el papel y el lápiz a voluntad,  que sus dibujos cada vez fuesen mejores y despertasen la admiración de todos. Para ello voy a dejar unas técnicas y trucos.
 En primer lugar nunca hay que burlarse de los dibujos que hacen los demás. Es prefierible aprender de ellos fijándonos en lo que está bien o mal hecho para imitarlo o no repetirlo cuando nosotros nos pongamos a dibujar. Además nadie nace aprendido y todos mejoramos con la práctica y para ello necesitamos ganas y animos de los que nos rodean.
El segundo consejo es practicar. De la misma manera que un músico o un deportista siempre están practicando para mejorar, el dibujante tiene que hacerlo también.  En tu mesa de trabajo no debe de faltar nunca papel en blanco porque en cualquier momento puedes necesitarlo para dibujar algo que se te acaba de ocurrir. 
Cuando salgas, llévate un bloc y sigue dibujando en cualquier sitio, estés donde estés. 
Si un dibujo te sale mal, hay que repetirlo una y mil veces hasta que te salga bien.
Al principio es bueno no dedicarle muchas horas seguidas al dibujo pues llega un momento que no sabes si estás dibujando correctamente o no. Asi que divide tu tiempo, deja el dibujo en la mesa y sal a dar una vuelta o aprovecha para hacer otra cosa por la casa o por tu cuato (siempre sin mirar el dibujo). Al bado del rato vuelve y verás cómo ha cambiado el dibujo, te parecerá otro, y él mismo te revelará lo que está mal y lo que está bien. También es bueno levantarse de vez en cuando y ver este desde lejos.
Cuando estés fuera mira como un dibujante. Aprovecha tu tiempo en el exterior, obsérvalo todo: como son las cosas, qué forma tienen, cómo se mueven y de qué manera se relacionan entre sí. Míralo todo con antelación, ya que en algún momento tu cabeza pondrá esa información en circulación y acabará en la mano que sujeta el lápiz.
Sin luz no hay imágenes, ni formas, ni colores. Sin luz no hay dibujo. Por lo tanto, la mesa en la cual dibujes debe de estar cerca de una ventana, para que la luz que entre venga por tu lado izquierdo ( por el derecho si eres zurdo). Asimismo, la lámpara que coloquemos sobre la mesa debe quedar situada en la esquina superior izquierda. Si la luz viene del lado derecho, la sombra de nuestra mano tapará el dibujo.
Si tenemos una mesa fijo (que no es abatible) en nuestro equipo no debe de faltar un tablero de dibujo. Es imprescindible para dibujar en papeles grandes. Con un tablero de chapa de madera de unos 50x70 cm bastará. Apoya este entre tus piernas y la mesa, regulando la inclinación con la distancia a que nos sentemos de la mesa.
Los papeles son como una cuadrilla de obreros especializados. Cada uno sirve para un trabajo diferente. El papel liso es más adecuado para: lápiz duro para dibujo técnico, pluma y tinta, pincel y tinta, estilógrafos y rotuladores. El papel rugoso es más adecuado para: lápiz blando para dibujo artístico, carbón, lápices de colores, pastel y ceras y acuarela. Cada artista tiene un papel favorito, así que si quieres saber cuál es el tuyo, lo mejor es que pruebes con varios de ellos de distintas características.
Si llevas mucho rato con un dibujo y está lleno de limaduras de goma, no las quites con el dorso de la mano porque emborronarás el dubjo y de paso ensuciarás el papel.  Coge el papel por sus extremos, lo doblas un poco y das varios golpes secos con el canto en la superficie de la mesa. Quedará limpio de goma. Por último quita esos restos de goma de la mesa para que no se peguen al dorso del papel. 
Muy importante es tener las manos limpias cuando dibujas porque sino mancharías el papel. No obstante procuar coger y sujetar el papel por los bordes mientas dibujas. Aunque tu mano esté limpia puedes engrasar el papel, ya que la mano tiene una grasa natural, y luego no abserberá bien este el color. 
Para evitar que la mano con la que dibujas sobre el papel lo engrase y ensucie al apoyarla y arastrarla, colócate debajo un papel fino. 


domingo, 23 de marzo de 2014

Dar textura a un papel para pintar sobre él.

Los fabricantes de papeles ofrecen productos con una gran variedad de colores y tipos de grano. Aún así, cuando en el mercado no se encuentra algo especial, el artista siempre puede tratar el papel y darle una textura particular. 
Existe una gran variedad de métodos para texturizar el papel, tantos como texturas se pueden encontrar. Basta con colocar la lámina sobre una superficie que produzc relieves y aplicar color: la textura del fondo se transmitirá al papel.
Dar textura con arena
Esto sirve tanto para pintar con pastel como para pintar con acrilico u óleo, cuando se emplea sobre lienzo. Texturizando el papel con arena conseguimos resultados similares al papel de lija pero con la diferencia de que el papel tratado por el artista no debe tener obligatoriamente una superficie homogénea y se puede cargar más en unas partes que en otras.
Procederemos de la siguiente manera:
1. Se aplica cola blanca sobre el papel.
2. Se le añade arena.
3. Una vez se ha secado la cola, la arena queda adherida a la superficie del papel y se puede pintar sobre él.

Limpiar el difumino

El difumino es un útil que se usa mucho en dibujo. Ya sea por la gente que dibuja con grafito, lápiz o pastel. Este ayuda a difuminar los colores y hacer degradados. Pero tiene la desventaja de que se ensucia con suma facilidad y, así ensucia también los colores sobre el papel. Por ello, el artista deberá contar con varios difuminos, uno para cada grupo de colores, o bien se verá obligado a limpiarlo cuando esté excesivamente sucio.
Para retirar el pigmento del difumino se frota sobre el afilador o sobre papel de lija gruso a fin de limar la parte sucia. Para acabar de pulirlo se utiliza la parte fina del afiladdor. El resultado es perfecto.  Tened en cuenta que si se pinta con un difumino sucio es inevitable ensuciar los colores. Addemás disponer de un afilador siempre os va a ser muy útil ya que no solo sirve para limpiar el difumino. Como he dicho anteriormente sirve para afilar pasteles y sacar angulos para poder dibujar en zonas pequeñas, sirve para sacar puntas en lápices y hasta para afilar la mina de portaminas.

domingo, 16 de marzo de 2014

Reciclar trozos de pastel fabricando una barra

Con el uso, las barras suelen romperse y gastarse, generando así pequeños fragmentos que se utilizarán para pintar con empaste o para hacer detalles con sus aristas. Aun así, algunos fragmentos son tan diminutos que resulta muy difícil manipularlos, y el artista acaba almacenándolos aparte en alguna pequeña caja. 
Al igula que los restos de polvo que quedan después de afilar una barra, estos fragmentos de color se pueden utilizar para pintar directamente con el polvo o bien se pueden reciclar y fabricar una nueva bara con ellos.
Proceso para fabricar una barra 
1. Se toman los fragmentos de barra que se producen al pintar.
2. En un mortero donde se habia ido acumulando el polvo resultante de afilar las barras, se machacan los pedazos de pastel hasta lograr un fino polvo.
3. Se prepara un medio aglutinante con una mezcla de goma arábica y agua (una gota por cada cucharada sopera de agua)
4. Se añade el medio al polvo de pastel y se amasa bien con una espátula. 
5. Cuando la masa ha adquirido la consistencia necesaria, se le da forma de barra con los dedos.
6. La barra tierna se deja secar durante unos días antes de utilizarla.

Al reciclar el polvo de pastel y los pequeños pedazos sobrantes se ha de tener en cuenta que si no se hace una selección de lso tonos, el colr resultante tenderá a ser oscuro y de un matiz roto.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Lápices pasteles para tonos de piel

Se necesita solo un puñado de colores y algunas técnicas fáciles para producir retratos realistas con pasteles. Puedes comprarlos sueltos o en cajas. Como dije anteriormente, cuando te venden una caja puedes comprarla para retratos, para paisajes, marinas...Hay pequeñas cajas en el mercado, de valor no muy elevado, con las que puedes empezar a pintar retratos.
En este caso os voy a hablar de los de Derwent que son unos de mis favoritos, por relación calida-precio. Tiene unos en la actualidad que son una pasada. Los colores son muy suaves, sobre todo para ser un lápiz en este caso, y además son muy fáciles de afilar. A mi opinión los lápices de colores pastel y retratos van de la mano, lo que permite al artista lograr tanto el detalle, como sutiles mezclas. Además son un medio muy cómodo de trabajar ya que permiten agregar o levantar color a gusto del artista. La mezcla fácil del lápiz pastel hace que sea un medio. La mezcla fácil del lápiz pastel hace que sea el medio ideal para lograr delicadas mezclas de color en los tonos de piel.
Esta caja en particular presenta 12 lápices con una paleta de colores que permite pintar gente de todas las nacionalidades. Se basa en la rueda de color tradicional, con versiones cálidas y frías de cada uno de los colores primarios y otras variaciones utiles mediante la mezcla de los colores, además del clásico blanco o negro para aclarar u oscurecer. Con todos ellos se puede crear una amplia gama de colores capaces de crear un gran número de efectos naturales.
Y ahora os dejo un proyecto para que practiqueis. Para el vais a necesitar:
- Una caja de pasteles para tonos de piel
- Papel de acuarela
- Acuarelas
Paso primero
En este caso en lugar de usarse un papel de color especial para pasteles lo que ha hecho el artista es dar un lavado de acuarela sombra tostada a un papel blanco acuarelable para hacer un tono medio. Luego ha esbozado el dibujo con un lápiz blanco y se han dado sombras blancas en todas las áreas claras de la cara, ya que con el tono de base ya se ve el tono de la piel.
Paso segundo
En la zona de mayor oscuridad se ha empleado color carmín, como por ejemplo, la línea de las pestañas en torno a los ojos, la nariz, la forma de la boca y también alrededor de los dientes, sombreando asi la zona más oscura. Se han buscado también las zonas frías en la piel y se han sombreado con azul ultramar. Las zonas de tono medio se han cubierto con terracota y las zonas cálidas con rojo cadmio. Para que no se notaran cambios bruscos, y la ventaja que tiene los pasteles, con ayuda del dedo se han mezclado ligeramente los colores en los encuentros de una y otra zona.
Paso tercero
Por último se ha dibujado el pelo rizado dibujando pequeños círculos con color chocolate. Se ha reforzado toda el área oscura con el azul ultramar, terracota y rojo cadmio, al mismo tiempo que se mantenía el control sobre la zona media y la de los colores fríos, sobreponiendo los colores según ha sido necesario.



martes, 11 de marzo de 2014

Soportes para dibujar

El post de hoy va vinculado a los soportes para dibujar al pastel, pero estos también valen para grafitos, carboncillos, lápices de colores e incluso acuarela. Como ya he dicho mencionaré bastante la palabra pastel, si usas otra clase de material de dibujo solo tendrás que visualizar la utilización que le puedes dar empleandolo.
Entonces, para empezar a practicar la pintura al pastel no son necesarios más que un papel y una caja de colores, existe en esta técnica una serie de materiales complementarios que en la práctica pueden resultar imprescindibles. Entre ellos vamos a mencionar los tableros, caballetes, mesas y carpetas con los que cuenta todo pastelista, que además de facilitarte la tarea te permiten almacenar tu obra y mantener un orden dentro de tu estudio.
Los tableros
Es el soporte de madera donde se fija el papel o cartón sobre el que se va a pintar. Es un complemento indispensable porque la fragilidad del papel no permite al artista hacer presión sobre él con la barra sin estropearlo o arrugarlo. El tablero, además de mantener el papel rígido y tenso, ogrece la posibilidad, con o sin caballete, de pintar con la obra en vertical o ligeramente inclinada para que el exceso de pigmento caiga por su peso y no
sature el papel.
Es aconsejable que la medida del tablero sea mayor que la del papel; cinco centímetros por lado es suficiente. De este modo se puede fijar el papel cómodamente con cualquier sistema: chinchetas, pinzas o cinta adhesiva, y sujetar el tablero sin tocar el papel con los codos. 
Para pintar al pastel deben utilizarse tableros cuya superficie sea lisa y sin protuberancias, ya que de otro modo, su textura se transmitirá a la obra en cuanto se aplique el color. Los tableros, además, deben ser resitentes a la presión pero ligeros para transportarlo fácilmente y sostenerlos sin esfuerzo. Generalmente, para el pastel, se utiliza los de madera contrachapada, dm o tablex pastlificado de superficie pulida.
Los tableros no se adquieren en tiendas de bellas artes, hay que comprarlos en una carpintería o tienda de bricolaje y decidir la medida. Cualquier tablero puede servir para pintar al pastel, tan sólo perecisa una superficie pulida y que no sea pesado.
Los caballetes
El caballete es el soporte donde se fija el tablero para pintar sin sujetarlo. No es un elemento indispensable en la pintura al pastel, aunque muchos artistas se sienten más cómodos pintando sobre él. Tiene la ventaja de que mantiene el tablero en posición vertical o inclinada, permitiendo de este modo que el exceso de pigmento descienda y caiga al suelo. El mejor caballete para pintar al pastel es aquel que soporta la presión del gesto del artista sin moverse; por ello los más aconsejables son los de estudio, que se apoyan
en cuatro puntos. Los caballetes con tablero incorporado son también muy útiles, aunque sólo podrá utilizarlos para pintar sobre papel. Para el aficionado que pinta en casa y no tiene mucho espacio se han diseñado los caballetes de mesa, pequeños y fácilmente transportables, que pueden ser una buena alternativa.
La mesa 
El artista de pastel necesita una mesa o algún lugar donde depositar su caja de colores, ya que ésta no suele ser ligera y el pintor puede utilizar las dos manos para pintar: sujetando algunos colores, el difumino o el trapo en una y pintando con la otra. La mesa del artista no precisa de gran cosa, de hecho un tablero apoyado sobre dos caballetes es suficiente para sotener la caja y recoger el material auxiliar que la acompaña; aunque los profesionales prefieren contar también con algunos cajones donde ordenar sus grandes gamas de colores.
Las carpetas
En la pintura al pastel las carpetas resultan indispensables tanto para almacenar la obra, protegiendola con papel vegetal o sulfurizado, como para guardar el papel y evitar así que se ensucie o arruge antes de utilizarlo. 
Las carpetas deben tener la rigidez suficiente como para no doblarse al mantenerlas verticales o transportarlas, ya que de otro modo defoermarían la obra almacenada o el papel.
Ya por útlimo explicar que la primera fotografía  de arriba a abajo es un caballete con tablero incorporado, la segunda es un caballete de estudio, la tercerera es un caballete de mesa, la cuarta un caballete de mesa improvisado con un tablero y un par de libros, y ya la última son unas carpetas para guardar las obras.



domingo, 9 de marzo de 2014

Técnica de pastel

La principal característica del pastel es su inmediatez. Al ser una técnica seca, no necesita ninguna preparación antes de pintar ni tampoco un tiempo de secado. Se aplica directamente sobre el soporte sin necesidad de paletas, pinceles o diluyentes, y es una pintura opaca que puede cubrir perfectamente el color del fondo si el artista lo desea, por lo que permite construir la obra superponiendo capas de color.
La consistencia del pastel no favorece las mezclas. Debido a esto, los fabricantes ofrecen gamas de hasta quinientos colores para el artista que desee evitarlas. Sobre el soporte. la pintrua de pastel es estable ya que su color no se rompe ni se altera con el tiempo. A pesar de esto el pigmento es sensible a la luz y puede decolorarse tras años de haber sido expuesto a una iluminación directa.
Calidades
La calidad de una barra de pastel la determina la cantidad y la calidad del pigmento que se encuentra en su composición. Un pigmento de calidad producirá colores más puros y más intensos; cuanto mayor será tambien el poder de tinción de esa pintura y la intensidad y pureza del color.
Si se trata de barras de pastel blandas se puede comprobar la calidad de éstas de un modo sencillo: las gandes calidades se deshacen fácilmente y producen manchas con una extraordinaria intensidad de color, ya que practicamente están compuestos de pigmento puro.
Pasteles blandos y pasteles duros
El pastel blando es el pastel clásico que se deshace fácilmente al ejercer presión con él sobre el soporte, y que deja intensas manchas de color por la gran condensación de pigmentos en su composición. Está indicado para cualquier tipo de técnica ya que permite trabajar con empastes, veladduras y finas líneas si se apoya sobre sus aristas. 
El grado de dureza en los pasteles blandos es mínimo, aunque puede varirar bastante de una marca a otra y entre las distintas calidades; así, las de estudiantes son más duras que las de artistas.El tipo de pigmento también determina la dureza de las barras, los colores oscuros, por ejemplo, suelen ser más duros que sus tonos degradado. Ello se debe a que estos últimos llevan yeso en su composición y resultan por tanto más blandos. 
El pastel blando es el más popular,  y los fabricantes ofrecen extensas gamas de colores, surtidos para pintar cualquier temática o gamas especiales para retrato, figura, paisaje o marina. Se comercializan en tamaños de medias barras, barras enteras y barras gruesas, que se peuden adquirir por unidades sueltas o bien en cajas. Las medias barras ofrecen la ventaja de que por un precio similar el artista puede adquirir el doble de colores; además resultan más manejables debido a su corto tamaño. Por otra parte las barras gruesas ofrecen la ventaja de que permiten trabajar en grandes formatos sin tener que reponer el color. Las barras normales son las típicas que todo pastelista utiliza habitualmente
Los pasteles duros se encuentran en barras cuadradas o redondas, y deben su dureza a una mayor proporción de aglutinante en su composición y a que han sido sometidos a una ligera cocción.
Estas barras, al contener menos pigmentos, tienen una menor capacidad de tinción y no son apropiadas para trabajar con empastes. La dureza de sus afiladas aristas, sin embargo, los hace ideales para el dibujo y el tratamiento del detalle.
El pastel duro puede ser utilizado como técnica de pintura por sí mismo o bien como complemento del pastel blando; ya que al no ensuciar tanto el papel, resulta muy adecuado para realizar el dibujo prelimintar y para los acabados de líneas y detalle.
La gama de colores en los pasteles duros no son tan extensas como las de los blandos.
Los lápices pasteles se encuentran dentro de esta última gama. Son gruesos lápices cuya mina no es más que una fina barra de pastel duro. Este formato permite afilar cómodamente el pastel y lo protege de golpes, ya que al ser tan fino resulta frágil.  Los lápices al pastel se utilizan para el dibujo, para tomar notas y como complemento de la pintura al pastel, pues su fina punta permiten pintar hasta los más pequeños detalles.
Dentro de los pasteles duros también tenemos las cretas que son barritas de pastel duro de gamas muy limitadas que abarcan la gradación tonal del negro hasta el blanco, así como tonos tierra como la sanguina y los sepias.

sábado, 1 de marzo de 2014

Las fronteras del dibujo y la pintura

Suele considerarse que los dibujos excesivamente coloreados se encuentran en una imprecisa frontera entre lo dibujístico y lo pictórico. A pesar de aplicarse algunos de ellos con técnicas de frotación (como el carboncillo, las cretas, los lápices de colores o los pasteles grasos), es cierto que mediante la riqueza cromática, los efectos de difuminado, los degradados y las mezclas de tonos, algunos dibujos se acercan al ámbito de lo pictórico. En este apartado trataremos de recorrer esta delgada frontera y ver las posibilidades cromáticas y creativas que ofrece el dibujo coloreado y cuánto podemos aprender del mismo antes de enfrentarnos al gran arte de la pintura.
Nuestro principal objetivo debe ser la experimentación con los medios, sin preocuparnos de que la obra resultante se considere un dibujo o una pintura.
Dilución de los colores
Si bien el uso de una amplia gama de colores acerca el dibujo a la pintura, también lo hace, y en mayor medida, la dilución de estos colores en cualquier medio (agua, alcohol, aceite o aguarrás). La mezcla de técnicas secas y húmedas no resulta extraña en el dibujo; sin embargo, adquiere un nuevo sentido cuando las gamas cromáticas tienen mayor relevancia. Si trabajamos con medios grasos, al diluirse en disolventes orgánicos como el aguarrás, se convierten en una sustancia untuosa y resultan fáciles de manipular con un pincel, lo cual nos recuerdda un procedimiento esencialmente pictórico.
El pastel graso puede disolverse con sólo pasar un poco de aguarrás por encima. También pueden mezclarse con aguadas de color. Su rechazo al agua permite que los trazos no desaparezcan sino que se muestren vigorosos y expresivos. Tambíen pueden calentarse hasta fundirse, dando lugar a una apariencia cremosa que se puede aplicar fácilmente con una espátula.
Lo primero la experimentación
Es bueno conocer todas las consideraciones acerca de las fronteras del dibujo, pues nos hacen reflexionar sobre cuáles son los límites de éste, pero ello no debe condicionar nuestro trabajo. No se trata ahora de evitar la incorporación de un efecto determinado al dibujo por temor a que se considere una pintura. Lo principal es divertirse, añadir el color al dibujo realizando mezclas y diluciones, si cabe. Lo que prima es la experimentación y el resultado, luego ya pensaremos en qué categoría artística inscribiremos la obra.